EL ESPINOSO MUNDO DE LOS CARDOS




   No todas las plantas son tan elegantes y sofisticadas como las Orquídeas. Los cardos tienen muy mala fama, son la oveja negra del reino de los vegetales, pero si apartamos las espinas y nos adentramos en sus misterios, encontraremos muchos secretos olvidados. Cardos comestibles, cardos con propiedades medicinales o tintóreas. Cardos que cuajan la leche realizando la transformación alquímica de leche en Torta del Casar. Cardos que cardan la lana, mientras otros se llevan la fama. Cardos estrellados y cardos estrellas de cine. Cardos protectores contra los malos espíritus. El cardo es la flor nacional de Escocia, y allí todavía existe la Antiquísima y Nobilísima Orden del Cardo. No os dejéis arrastrar por la cardofobia dominante y acompañadme en este viaje.

   Las espinas, púas, aguijones, pelos urticantes... son estrategias que han desarrollado muchas plantas para defenderse de los herbívoros. Los rosales, la chumbera, la zarza, el espino albar, la ahulaga, son plantas espinosas, pero no son cardos. Pero entonces, ¿qué es un cardo? Mi amigo José María Caballero nos lo explica detalladamente en esta interesante entrada de su blog El Rollo Verde.

   La mayoría de los cardos pertenecen a la familia  COMPUESTAS - como la hierba cuajo, el cardo borriquero, los cardillos, el cardo cuco...-, pero hay otro grupo  que se encuadran en la familia UMBELÍFERAS -como el cardo corredor- y por último, las cardenchas, que son de la familia DIPSACÁCEAS.


 CARDOS DE LA FAMILIA COMPUESTAS

El cardo que cuaja la leche

   En la elaboración de la Torta del Casar se emplea coagulante vegetal, obtenido de las flores de la hierba cuajo (Cynara cardunculus y otras especies). Normalmente las flores secas se cortan, se secan y se maceran en agua a temperatura ambiente durante un periodo de tiempo variable. Una tesis doctoral de la UNEX ha estudiado la influencia del cuajo vegetal en las propiedades de la Torta del Casar.

Cynara humilis

Alcachofilla o hierbacuajo











Los cardos de Carlomagno

   Cuenta la leyenda que los ángeles enseñaron a Carlomagno cómo debía emplear estos cardos contra la peste, y que así libró a sus huestes de ella. A él está dedicado el nombre genérico Carlina. El cardo cuco (Carlina corymbosa) es uno de los cardos más comunes en nuestros campos. Las otras dos especies de Carlina que aparecen aquí crecen únicamente en las montañas del norte peninsular.

Carlina corymbosa 

Cardo cuco











Eguzkilore, el cardo protector

   En algunas zonas del norte peninsular (País Vasco, Navarra, Aragón y Cataluña) se mantiene la costumbre de colocar en las puertas de las casas un cardo (Carlina acanthifolia o Carlina acaulis) para protegerse de los malos espíritus. En Navarra y el País Vasco se denomina Eguzkilore -que significa flor del sol- a este cardo protector. Amalur -la diosa de la mitología vasca, personificación de la Tierra- proporcionó esta solución a los mortales para librarse de los genios nocturnos.

Carlina acanthifolia

Eguzkilore o flor del sol

Egutzkilore (Carlina acanthifolia). Valle de Baztán (Navarra).


"¿Quién no necesita protección? Si pones la eguzkilore en la puerta de la casa, los de la noche, la confundirán con la luz del sol y correrán a esconderse. Los malignos están obligados a contar todas las espinas antes de poder entrar. Y hay tantas, que siempre amanece antes..."

Dolores Redondo, autora de la Trilogía del Baztán. 




Egutzkilore (Carlina acanthifolia). Valle de Baztán (Navarra).



Carlina angélica

Carlina angélica (Carlina acaulis). P.N. Picos de Europa.


Vaya cardo borriquero

   Cuando una persona es un poco arisca solemos decir que es un cardo borriquero, con ese nombre podemos referirnos a varias especies de cardos, sobre todo a las del género Onopordum. A pesar de su mala fama, se trata de una planta de singular belleza, su tallo alado con espinas es una de sus características más reconocibles. El nombre genérico Onopordum proviene del latín, y significa pedo de burro, aludiendo a la supuesta propiedad de la planta de producir flatulencia a estos animales cuando se la comen. Ya lo decía Plinio el Viejo: "Onopradon cum ederunt, asini crepitus reddere dicuntur."



Cardo borriquero












 

Cardos que tiñen

Carthamus, nombre genérico latinizado, deriva del árabe kartum, que significa tinte, en alusión a las propiedades tintóreas del cártamo (Carthamus tinctorius), uno de los cultivos más antiguos de la humanidad. El azotacristos (Carthamus lanatus), de delicadas flores amarillas es muy común en bordes de caminos y baldíos.


Azotacristos o cardo cabrero










Cardos que se comen

   En Extremadura hay muchos productos silvestres de primavera, que tradicionalmente se han aprovechado en la cocina: setas, como las criadillas o los gurumelos, y plantas como los espárragos trigueros o los cardillos. Del cardillo o tagarnina (Scolymus hispanicus) se aprovechan sus hojas tiernas, debidamente peladas, para preparar potajes con garbanzos, revueltos o tortillas.



Cardillo o tagarnina












Cardota

   La cardota (Galactites tomentosa) es otro de los cardos que habitualmente encontramos en nuestros paseos primaverales. Presenta capítulos de flores rosadas o blanquecinas y hojas muy espinosas con manchas blanquecinas a las que alude el nombre genérico Galactites -del griego gála, que significa leche-.


Cardota







Cardo mariano

  Uno de los cardos de mayor porte que encontramos en el borde de los caminos, escombreras y otros lugares muy nitrificados. Sus hojas se pueden comer como verdura y en ensalada, aunque yo me quedaría con una buena lechuga de la Ribera del Marco o de las huertas arroyanas. 

Cardo mariano










Cardo de calvero








Los cardos de los centauros

   El nombre genérico Centaurea está dedicado a los centauros, criaturas mitológicas -mitad humano, mitad caballo- que conocían las propiedades medicinales de las plantas. Hay muchas especies de Centaurea, el cardo estrellado (Centaurea calcitrapa) es una de las más comunes. El epíteto calcitrapa proviene del latín caltrop, que era un arma de guerra que consistía en  estructuras de hierro con púas para frenar el avance de las tropas.


Cardo estrellado









Cardos para las varices

    El nombre genérico Cirsium significa varices y es el vocablo que usa   Plinio el Viejo para referirse a un cardo que se utilizaba para tratar ese tipo de dolencia. Aquí podéis ver dos especies de cardos de este género.


Cardo lanudo

Cardo lanudo (Cirsium eriophorum). P.N. Picos de Europa.


Cardo lanudo (Cirsium eriophorum). P.N. Picos de Europa.




Cardo común

Cardo común (Cirsium vulgare). Hervás (Cáceres). 


Cardo común (Cirsium vulgare). Hervás (Cáceres). 



Cardo común (Cirsium vulgare). Hervás (Cáceres). 


SIN LIMITACIONES DE AFORO

   Los cardos son el punto de partida de una red trófica en la que intervienen multitud de organismos: polinizadores, herbívoros, frugívoros, insectívoros, parásitos. Toda clase de animales de patas articuladas son atraídos hasta las atractivas cabezuelas de flores de los cardos, y más tarde hasta sus nutritivas semillas. Una gran variedad de formas de vida, en la que no siempre es evidente quién se come a quién. Sirva de muestra estas imágenes de  insectos sorprendidos en plena faena.




















CARDOS Y JILGUEROS

Hay un animal que está unido estrechamente a los cardos,  tanto es así que los lleva  hasta en su carnet de identidad: el jilguero (Carduelis carduelis). Además de su nombre científico, otro de los nombres vulgares,  cardelina, alude también a su debilidad por las semillas de los cardos. Por Extremadura también se le conoce como colorines.


De Andreas Trepte - Trabajo propio, CC BY-SA 2.5, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=20399278


ERYNGIUM

   Los cardos que hemos visto hasta aquí pertenecen todos a la familia Compuestas, pero hay otros cardos, del género Eryngium, que forman parte de las Umbelíferas -la del hinojo, el anís , la zanahoria, la cicuta, etc. Vamos a detenernos en cuatro especies: el  cardo corredor o cardo setero (Eryngium campestre, el más común en nuestros campos), el cardo blanco o de montaña (Eryngium bourgatii, en Extremadura crece en la Sierra de Gredos), el cardo marino (Eryngium maritimum, en las dunas costeras de toda la península) y el cardo de charca (Eryngium corniculatum, en el borde de charcas).

Un cardo de película

   Qué sería de las películas del Oeste sin este particular cardo, todo duelo a muerte en las calles polvorientas del poblado debe tener un fondo de plantas que ruedan y ruedan, creando el suspense que  la escena requiere. Normalmente las plantas para su dispersión desarrollan estrategias en las que el fruto o las semillas salen volando, flotando en el agua o sujetos a algún animal, pero en el caso del cardo corredor (Eryngium campestre) el truco es diferente: cuando la planta se seca, corta por lo sano quedando solo la raíz bajo tierra y el resto de la planta comienza a rodar y rodar a merced del viento. Sobre las raíces de esta planta crece la seta de cardo (Pleurotus eryngii)

Eryngium campestre

Cardo corredor o cardo setero










Cardo blanco

Cardo blanco (Eryngium bourgatii). P.N. Picos de Europa.


Cardo blanco (Eryngium bourgatii). P.N. Picos de Europa.



Cardo blanco (Eryngium bourgatii). P.N. Picos de Europa.




Cardo marino

Cardo marino (Eryngium maritimum). Santander.


Cardo marino (Eryngium maritimum). Ilha de Tavira (Portugal).

Eryngium corniculatum
Cardo de charcas

Cardo de charca (Eryngium corniculatum).
Los Barruecos. Malpartida de Cáceres. .

Cardo de charca (Eryngium corniculatum).
Los Barruecos. Malpartida de Cáceres.

Cardo de charca (Eryngium corniculatum).
Los Barruecos. Malpartida de Cáceres. 




DIPSACUS
      El tercer grupo de cardos son las cardenchas, del género Dipsacus, que pertenecen a la familia Dipsacáceas. La cardencha o cardo de cardadores (Dipsacus fullonum) es la especie más extendida. El nombre genérico Dipsacus viene del griego y significa sedienta, en alusión al cáliz o bañera que forman sus hojas y que permite almacenar agua. 

Unos tienen la fama y otros cardan la lana

   Uno de los gremios más antiguos que se conoce es el de los cardadores de lana, un oficio artesanal de zonas ganaderas donde se procesaba la lana de las ovejas: primero se lavaban los vellones con agua y después se desenredaba o cardaba para proceder al hilado y a su posterior uso textil. El cardado se realizaba con peines o cepillos, aunque tambien se utilizaban las cardenchas.



Dipsacus fullonum

Cardencha o cardo de cardadores






Cardencha (Dipsacus fullonum). Playa de Langre (Cantabria).

   Las fotos de cardo que aparecen en este artículo, a menos que se indique lo contrario, se han realizado durante los paseos campestres de primavera y verano por el privilegiado entorno natural de Cáceres: la Sierra de la Mosca, el Calerizo, la Sierrilla, la Ribera del Marco...

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