ISLAS FEROE (II): MYKINES, LA ISLA DE LOS FRAILECILLOS.
Un barco nos lleva desde Sorvágur, en la isla de Vágar, hasta el puerto de Mykines, la isla más remota, en el extremo occidental del archipiélago de las Feroe. Es considerada un auténtico paraíso ornitológico, miles de aves marinas anidan en sus acantilados: fulmares, alcatraces, paíños, gaviotas, cormoranes, charranes, y sobre todo frailecillos, el fotogénico protagonista de este viaje.
Mapa de Mykines. Imagen tomada de Wikipedia. |
Seguimos un itinerario -acompañados de un guía local- que asciende por pastizales hasta lo alto de un acantilado donde se puede disfrutar de la contemplación de una colonia de frailecillos. La inusual proximidad de los nidos no deja de sorprendernos, a pesar de que los frailecillos están en periodo de cría no parecen extrañarse de la presencia de un grupo de ornitólogos que asisten perplejos al espectáculo. Aquí es muy cierto que una imagen vale más que mil palabras.
Los frailecillos son muy sociables formando grandes colonias. Los nidos son pequeñas madrigueras excavadas por ellos mismos en la cima de los acantilados, cubierta de vegetación herbácea. Ponen un solo huevo de color blanco. Después de pasar el invierno en el océano las parejas regresan a tierra, al mismo nido del año anterior (como tantos aspectos del comportamiento de las aves, resulta fascinante e incomprensible el que puedan reconocer su madriguera entre miles de ellas). Tiene un vuelo veloz, batiendo sus alas 400 veces por minuto, alcanzando los 90 kilómetros por hora.
Los payasos del mar
La identificación del frailecillo atlántico (Fratercula arctica) no tiene confusión posible, especialmente en verano cuando lucen sus mejores galas. De 28 a 30 centímetros de longitud, el simpático frailecillo lo tiene todo para ser candidato a "peluche" marino: pico enorme de forma triangular, comprimido lateralmente y de vistosa coloración, patas de color naranja brillante contrastando con unas garras negras y afiladas, completando su atuendo un frac negro -que se prolonga en la cabeza y el cuello- sobre camisa y pantaloncito blancos. Por algo se les conoce como payasos del mar, pulcinella di mare en italiano.
Frailecillo. Dibujo de Juan Varela tomado de la web de SEOBirdLife. |
Durante el periodo nupcial los frailecillos tienen un fino anillo ocular rojizo y su pico triangular se colorea: azul grisáceo en la base -con una extraña tira carnosa amarilla- y rojo intenso en la punta con unas líneas amarillas. Cuando termina la época de cría muestra una coloración mucho menos vistosa.
Pico y ojos del frailecillo durante la temporada de apareamiento (izquierda y después de la misma (derecha). Autor desconocido. The New International Encyclopaedia. 1905. |
Los frailecillos nadan y se zambullen con frecuencia en busca de alimento. Al igual que sucede con otras aves marinas, la parte superior es negra y la inferior blanca; esto permite el camuflaje ante los depredadores: desde el aire no es visible sobre el fondo oscuro del agua y desde el fondo marino el plumaje blanco le ayuda a pasar desapercibido con el brillo del cielo.
Dieta gourmet
El frailecillo se alimenta sobre todo de peces, aunque también puede incluir en su dieta camarones y otros crustáceos, o moluscos. Su técnica de pesca consiste en la detección de la presa desde el aire o sumergiendo la cabeza en el agua, para zambullirse y bucear hasta atraparla.
En las Feroe, la dieta del frailecillo en la época de cría se basa en la anguila de arena -también conocida como aguacioso o lanzón-(Ammodytes tobianus), un pequeño pez, muy delgado y alargado, que también se encuentra en el Mediterráneo. Un frailecillo puede transportar hasta 50 anguilas a la vez. El número de frailecillos que hay en la colonia depende, en gran parte, del número de anguilas.
Anguila de arena (Ammodytes tobianus). Imagen tomada de Wikipedia. |
Pero no todo es pescar y tragar para los frailecillos, el peligro acecha, otras aves se comportan como piratas del mar: los págalos. El págalo grande o skúa (Stercorarius skua) y el págalo parásito (Stercorarius parasiticus) practican el cleptoparasitismo, o sea le roban descaradamente la comida a nuestros inefables payasos del mar. Su treta es muy sofisticada, persiguen a los frailecillos obligándoles a soltar sus presas y en una rapidísima maniobra son capaces de coger hasta 10 anguilas en el aire.
Frailes de otros conventos
El frailecillo atlántico (Fratercula arctica) tiene dos parientes del mismo género, pero que habitan en el océano Pacífico: el frailecillo coletudo (Fratercula cirrhata) y el frailecillo corniculado (Fratercula corniculata), siendo este último bastante parecido al atlántico. Forman parte de la familia de los Álcidos (Alcidae), donde se incluyen otras aves marinas como las alcas y los araos. Sus andares torpes y su aspecto general recuerdan a los pingüinos, aunque no están emparentados, se trata de un caso curioso de convergencia evolutiva.
Frailecillo coletudo (a la izquierda) y frailecillo corniculado (a la derecha). Imágenes tomadas de Wikipedia. |
Cazadores de frailecillos
La carne de frailecillo y otras aves marinas ha sido tradicionalmente una fuente de alimento -junto con la pesca y la carne de oveja- para los habitantes de las Feroe. Hoy en día la caza de estas aves está prohibida y el turismo ornitológico (rutas guiadas par la observación de aves, alojamiento y restauración) se ha convertido en la principal fuente de ingresos de los pocos feroeses que residen en Mykines.
Cazador de frailecillos en Mykines. Autor desconocido. 1900. |
La caza de frailecillos se realizaba con un palo largo terminado en una red, a modo de cazamariposas, el fleyingarstong. Esta práctica resultaba muy peligrosa por lo accidentado del terreno y el riesgo de caídas por los acantilados. El descenso del número de aves en la isla tiene que ver con la falta de alimento y cambios en las corrientes, probablemente ligados al calentamiento global de los océanos.
Cazador de frailecillos en Mykines. Autor desconocido.1934. |
Icono de las Feroe
El frailecillo, con su singular estampa, se ha convertido en una imagen icónica de estas islas como podemos ver en estos sellos del archipiélago.
Aves marinas, nómadas del viento
Mykines está protegido como Sitio Ramsar por la diversidad de aves marinas que anidan en sus acantilados. Una cantidad estimada de 250.000 parejas de aves marinas de 15 especies crían en la isla, de los cuales la mitad corresponde a los frailecillos. Alcatraz atlántico, arao común y arao aliblanco, fulmar boreal, gaviota tridáctila y cormorán moñudo, entre otros, ocupan los salientes rocosos de los acantilados, mientras que la parte superior con suelo arenoso es aprovechada por los frailecillos para hacer sus nidos.
Aves marinas de Mykines. A: Alcatraz atlántico (Morus bassanus). B: Gaviota tridáctila (Rissa tridactyla). C: Fulmar boreal (Fulmarus glacialis). D: Págalo parásito (Strecorarius parasiticus). Imágenes tomadas de Wikipedia. |
Feroe, islas de ovejas
Islas de ovejas, las Feroe. También en Mykines las pudimos ver pastando en esos prados idílicos. La hierba, fertilizada con los excrementos de los frailecillos, sirve de alimento a las ovejas que tendrán una carne más sabrosa. La carne fermentada semiseca, de sabor umami, es la más popular en la gastronomía feroesa.
Mykines, ¿aldea de elfos?
La inaccesibilidad de la isla ha hecho que la mayoría de la población emigre a zonas más pobladas. Solamente una decena de personas son residentes permanentes en la única aldea de la isla, que también se llama Mykines. Durante el duro invierno queda prácticamente aislada, pero en verano, coincidiendo con la época de cría de los frailecillos, la vida en la aldea resurge.
Casitas de cuento, con su tejado a dos aguas recubierto de hierba, una pequeña iglesia, secaderos de carne, muros de piedra basáltica: la aldea parece sacada de un escenario fantástico, me recordaba a la aldea gala de Astérix y Obélix o quizás a Rivendel, la aldea habitada por elfos de El Señor de los Anillos.
- Folleto online sobre las aves de las Islas Feroe (en inglés).
- Ferry a Mykines desde Sorvágur (Vágar).
Buen trabajo, un placer disfrutarlo. Gracias amigo, y mucha envidia.
ResponderEliminarGracias, Helio. Un placer compartirlo contigo. Abrazos.
ResponderEliminarUn reportaje sugerente.
ResponderEliminarGracias, Mercedes. Un abrazo.
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