Cuando los volcanes cambian el mundo (III): KRAKATOA Y OTROS VOLCANES DE INDONESIA.



Vivimos encima de un planeta dinámico que no para de agitarse. Tras 85 días de erupción, el volcán Cumbre Vieja en la isla de la Palma detuvo, afortunadamente, su actividad; aunque nunca podemos afirmar que un volcán se apaga por completo. El nuevo año 2022 comenzaba con la violenta erupción de un volcán en Tonga, un pequeño y remoto archipiélago  del Pacífico. Los volcanes nos cambian la cartografía: islas que aparecen de repente, aumentan su tamaño o desaparecen. En esta ocasión vamos a viajar a Indonesia, el país con mayor número de volcanes activos, algunos de ellos con una historia geológica terrorífica, cuyas erupciones tuvieron consecuencias planetarias. Volcanes que cambiaron el mundo. 


Imagen de satélite de Indonesia tomada de Google Earth.


Indonesia es un país de una geografía muy particular, está formado por 17000 islas -8000 de ellas deshabitadas-, se extiende a lo largo de más de 5000 kilómetros en el sudeste asiático, enlazando Asia con Oceanía. Ocupa una superficie de casi 4 veces la de España. Reúne unos 127 volcanes activos, el 75% de los de todo el planeta. Se trata del cuarto país más poblado del mundo, con 255 millones de personas -más de la mitad viven en Java, con 130 millones de habitantes-. El idioma oficial es el indonesio, una lengua franca que en muchos casos es la segunda lengua, ya que se hablan unas 300 lenguas en el país. Las cifras y datos suelen ser muy aburridos, pero en este caso quizá nos ayuden a situarnos en el lugar en el que vamos a aterrizar.
   Vamos a detenernos en nuestro viaje en tres volcanes con un historial eruptivo especialmente explosivo: el KRAKATOA  (entre Sumatra y Java), el TOBA (en Sumatra) y el TAMBORA (en Sunbawa).

KRAKATOA

En el estrecho de Sonda, a mitad de camino entre Sumatra y Java se encuentra el Archipiélago de Krakatoa (Kepulauan Krakatau en indonesio), un conjunto de pequeñas islas volcánicas que han ido cambiando su silueta de forma caprichosa a lo largo del tiempo.


La erupción más conocida, a la que debe su fama este pequeño volcán, tuvo lugar en 1883. En mayo de ese año se inició la actividad que culminó el 27 de agosto cuando una explosión paroxísmica destruyó gran parte del conjunto de islas. Algunos datos sobre esta explosión nos dan una idea de la magnitud de la tragedia:
  • La isla más grande, Rakata, saltó por los aires, perdiendo el 70% de su superficie debido al colapso de una caldera volcánica.
  • 20 millones de toneladas de azufre fueron liberadas a la atmósfera. La ceniza alcanzó una altura de 80 kilómetros.
  • El estrecho de Sonda y parte de la costa de Sumatra fueron afectados por flujos piroclásticos.
  • La temperatura media del planeta bajó 1'2 ºC.
  • El número de víctimas, aunque es muy difícil de precisar, se calcula en 36000 muertos.
  • Las explosiones se escucharon en Australia (a 3000 kms.) y en Isla Mauricio (a 4800 kms,).
  • La onda de presión fue tan potente que reventó los tímpanos de marineros que navegaban por la zona.
  • La explosión originó un tsunami que asoló las costas de Sumatra y Java.
  • Se le ha asignado un 6 de Índice de Explosividad Volcánica (IEV), una erupción pliniana un poco más fuerte que la del Vesubio (IEV=5) y no tan bestial como la de Santorini (IEV=7).


El archipiélago de Krakatoa fotografiado por NASA World Wind en 2000.


En 1927 el volcán se reaviva con nuevas erupciones submarinas que terminaron por formar una nueva isla en medio del archipiélago: acababa de nacer el Hijo del Krakatoa (Anak Karakatau en indonesio). El "niño" fue creciendo a razón de 5 metros por año y en 1973 ya alcanzaba los 190 metros de altura.


Anak Krakatau, el hijo del Krakatoa. 1991.


En el verano de 1991 viajé con unos amigos al sudeste asiático, visitando Singapur, Malasia e Indonesia. Acercarnos al Krakatoa nos pareció una idea muy apetecible y hasta allí fuimos en un pequeño barco desde Carita, una  localidad del oeste de Java. En un ascenso corto pero sofocante, entre cenizas, fumarolas sulfurosas y rocas volcánicas, pudimos subir al  hijo del Krakatoa, el Anak Krakatau


Anak Krakatau, el hijo del Krakatoa. 1991.


Anak Krakatau, el hijo del Krakatoa. 1991.


Anak Krakatau, el hijo del Krakatoa. 1991.


Anak Krakatau, el hijo del Krakatoa. 1991.


Anak Krakatau, el hijo del Krakatoa. 1991.


Anak Krakatau, el hijo del Krakatoa. 1991.


Anak Krakatau, el hijo del Krakatoa. 1991.


El barco que nos llevó al Krakatoa desde Carita (Java).


Litografía del Krakatoa en erupción. 1888.


El Grito y otros cielos arrebolados

Edvard Munch pintó su icónico cuadro, El Grito, en 1893, diez años después de la erupción del Krakatoa. A pesar de estar Oslo a miles de kilómetros del volcán, las cenizas expulsadas a la atmósfera pudieron dar la vuelta a la Tierra, dando lugar a espectaculares puestas de sol en el norte de Europa. Supuestamente esos cielos rojizos del cuadro de Munch guardan relación con el famoso volcán, aunque son muchas las interpretaciones que se han dado de esta obra. 

El grito de Edvard Munch. 1893.

“Paseaba por un sendero con dos amigos –el sol de puso–, de repente el cielo se tiño de rojo sangre (...) –sangre y lenguas de fuego acechaban sobre el azul oscuro del fiordo y de la ciudad [Oslo]–, mis amigos continuaron y yo me quedé quieto, temblando de ansiedad, sentí un grito infinito que atravesaba la Naturaleza.”

 Edward Munch

El pintor noruego no fue el único que reflejó en sus cuadros los cielos arrebolados posteriores al cataclismo del Krakatoa. El británico William Ascroft realizó más de 500 ilustraciones de las puestas de sol en las afueras de Londres, que son estudiadas por los meteorólogos para tratar de entender los efectos de la erupción del volcán. Igualmente Eduard Pechuël-Loesche ilustró con sus acuarelas un estudio del físico alemán Johann Kiessling sobre los efectos ópticos observados tras la erupción del Krakatoa.
 
Ilustraciones de William Ascroft.

Acuarela de Eduard  Pechuël-Loesche. 1884


En 2018 el cono volcánico del Anak Krakatau colapsó dejando un cráter con un lago en su interior. En un futuro es posible que un nuevo cono  emerja de las aguas y ya han pensado como bautizarlo: el Nieto del Krakatoa (Cucu Krakatu). Esperemos que el nieto sea un poco más modosito que su abuelo.

TOBA (SUMATRA)

El lago Toba se encuentra en el noroeste de la isla indonesia de Sumatra. Es un enorme lago de origen volcánico que forma parte de la caldera de Toba, formada hace unos 75000 años por una erupción supervolcánica, con un Índice de Explosividad Volcánica (IEV) de 8 (el máximo en esta escala), que provocó un cambio climático considerable en todo el planeta: la nube de cenizas bloqueó la luz solar durante diez años y esto trajo consigo una extinción masiva de plantas y animales.

Imagen de Sumatra tomada de Google Earth.


La Teoría de la catástrofe de Toba afirma que la erupción  produjo un cuello de botella en la evolución humana con la casi extinción de la población humana. El invierno volcánico global, con caída de la media de las temperaturas de 3 a 3,5 ºC supuso un cambio drástico en los ecosistemas. Descubrimientos arqueológicos recientes en la India refutan esta teoría explicando que la erupción del Toba no fue tan apocalíptica como se creía y que las poblaciones humanas tuvieron una gran capacidad de adaptación a los cambios ambientales.

La caldera de Toba comprende cuatro cráteres superpuestos que se unen al eje volcánico de Sumatra. El más reciente de los cuatro mide 100 X 30 kilómetros y es la mayor caldera del Cuaternario.

La caldera tiene en su parte central un lago volcánico y allí emergió un domo que formó la isla de Samosir, es decir, una isla dentro de otra isla -todavía se puede rizar el rizo de la insularidad como veremos que ocurre en Filipinas-.

 Lago y caldera volcánica de Toba. Sumatra.


La isla de Samosir es el centro de la cultura Batak. Hace 150 años los batak eran fieros guerreros que practicaban la brujería y el canibalismo. Con la llegada de los holandeses cambiaron sus creencias animistas por el cristianismo. Las casas tradicionales de los batak son muy llamativas con decoraciones en madera finamente labradas y con unos techos imponentes, con los extremos curvados hacia arriba como el casco de un barco. Realizan reenterramientos ceremoniales de los huesos de los ancestros varios años tras la muerte.


 Lago y caldera volcánica de TobaSumatra.


 Lago y caldera volcánica de TobaSumatra.


Casas tradicionales de los Batak. Simanindo, en la isla de Samosir. Lago Toba. Sumatra.


Detalle de una casas tradicional  BatakSimanindo, en la isla de SamosirLago TobaSumatra.


Casa Batak , nuestro alojamiento - muchos años antes del Booking, los B&B y los Airbnb- en la isla de Samosir. Lago Toba. Sumatra.


Casa tradicional  BatakAmbarita, en la isla de SamosirLago TobaSumatra.





Arrozales en terraza en la isla de Samosir. Las cenizas volcánicas proporcionan suelos muy fértiles. Lago Toba. Sumatra.


Mercados en Prapat. Lago Toba. Sumatra.

Mercado callejero en PrapatLago TobaSumatra.


 Lago y caldera volcánica de TobaSumatra.


Los volcanes de Sumatra y Java forman parte del Arco de Sonda, un arco volcánico que se formó por la subducción de la Placa Indoaustraliana que penetra bajo la Placa Euroasiática. Esta zona de subducción es muy activa, el terremoto y posterior tsunami de 2004 tuvo su epicentro en Banda Aceh, en el extremo noroeste de la isla de Sumatra.




TAMBORA (SUNBAWA)

El volcán Tambora en la isla de Sunbawa. Imagen de Google Earth.


El Tambora es un volcán activo   de Sunbawa, una isla al este de Bali, que forma parte de las islas menores de la Sonda. La tarde del 10 de abril de 1815 tuvo  lugar una erupción explosiva cuatro veces más grande que la del Krakatoa (IEV = 7). El cono volcánico reventó pasando de ser una montaña de más de 4000 metros de altura a menos de 3000 -los últimos 1500 metros de la montaña saltaron por los aires-. La columna de cenizas se elevó hasta 43 kilómetros de altura. Se generó un tsunami devastador y las cenizas llegaron a dar la vuelta a la Tierra. 


Mapa de Indonesia con el espesor de la capa de cenizas -en rojo-acumulada tras la erupción del Tambora. Imagen tomada de Wikipedia.

Tambora, el volcán indonesio que oscureció el mundo, se asocia con la creación de algunos de los personajes más terroríficos de la literatura. En el verano sin sol de 1816 se reunieron en Villa Diodati, a orilla del lago Leman, un grupo de escritores muy conocidos: Lord Byron, John Polidori,  Percy y Mary Shelley y Claire Clermont. Encerrados en la villa, con el atípico clima estival de ese año, compitieron por inventar historias de fantasmas: Polidori escribió El Vampiro, precedente de las novelas del género, y Mary Shelley creó su inigualable Frankenstein



BROMO (JAVA)

En un viaje a Indonesia no suele faltar la visita al Monte Bromo, uno de los volcanes activos más fácilmente accesibles situado en una espectacular caldera, un paisaje que parece sacado de otro planeta y que hoy está protegido como parte del Parque Nacional Bromo Tengger Semeru. El nombre Bromo deriva de la pronunciación javanesa de Brahma, el dios creador de los hindúes. Según la leyenda fue cavado con la mitad de una cáscara de coco por un ogro gigante enamorado de una bella princesa.

El Monte Bromo en la caldera Tengger. Java.

El Monte Bromo forma parte de la caldera Tengger, de 16 kilómetros de diámetro. Al fondo se encuentra el volcán Semeru, englobado también en el parque nacional. El nombre Semeru viene de Sumeru, "la morada de los dioses" de la cosmología hindú-budista.



El cráter con fumarolas del Bromo. Java.


El cráter con fumarolas del BromoJava.


Cuando el imperio hindú de Majapahit cayó en manos del islam en el siglo XVI, los hinduistas  huyeron a Bali, pero algunos se refugiaron en la cordillera Tengger . Las comunidades hinduistas que viven en las proximidades del volcán Bromo adoran a los espíritus que habitan en el interior del volcán y para apaciguarlos llevan ofrendas que arrojan al interior del cráter. 


Peregrinos descendiendo del Bromo tras hacer las ofrendas. Java.


Al encuentro de Matahari

Para llegar al monte Bromo hay que atravesar un mar de arena y seguidamente ascender por unas  escaleras, con una muchedumbre de feligreses que suben a realizar ofrendas, hasta el borde del cráter. El amanecer desde aquí es inolvidable.
   Hay una palabra del indonesio que todos conocemos, aunque seguramente la recordamos por el nombre de una famosa espía y bailarina: Matahari, que quiere decir el ojo del día, es decir el Sol.

Salida de Matahari desde el Bromo. Java.




Yogyakarta, centro cultural de la isla de Java.


Estupas de Borobudur cerca de Yogyakarta. Java.

BATUR (BALI)

Terminamos, de momento, nuestro paseo entre volcanes en la isla de Bali. Más allá de las playas idílicas de surferos en el sur de la isla, el interior conserva paisajes tropicales entre arrozales y pequeñas aldeas donde se mantienen artesanía y tradiciones muy genuinas. Nos dirigimos al noroeste para conocer el lago Batur en el interior de una caldera volcánica que incluye un volcán activo: el Monte Batur.


Lago Batur en el interior de la caldera volcánica. Bali.


Templo hinduista en Trunjan, a orillas del lago Batur. Al fondo el Monte BaturBali.


Templo hinduista en Trunjan, a orillas del lago Batur. Bali.

En las selvas del hombre del bosque

Indonesia es un archipiélago tropical con una extraordinaria biodiversidad -el tercer país con mayor biodiversidad del mundo, después de Brasil y Perú-, donde se mezclan la fauna y flora de Asia y Oceanía, con gran cantidad de endemismos. Tigres, rinocerontes, elefantes, leopardos, orangutanes y otros grandes mamíferos habitan todavía en las selvas de Indonesia. 1794 especies de aves nos dan una idea de la importancia de sus ecosistemas. No obstante los problemas medioambientales están haciendo disminuir drásticamente la superficie de los bosques: incendios, cambio climático, deforestación, plantaciones de palma aceitera, etc.
   El orangután es uno de los grandes simios, que habita en Sumatra y Borneo. Hay tres especies de orangutanes: el orangután de Borneo (Pongo pygmaeus), el orangután de Sumatra (Pongo abelii) y el orangután de Tapanuli (Pongo tapanuliensis) también de Sumatra. Orangután significa hombre del bosque en indonesio.


Orangután de Borneo (Pongo pygmaeus). Sepilok. Borneo.



A mi amigo Miguel Ángel Cuesta, in memoriam, biólogo, ornitólogo y paleontólogo, docente, incomparable compañero de viaje y, sobre todo, excelente persona.


- Las fotos que aparecen aquí proceden de las diapositivas -para los amigos filminas- debidamente escaneadas del viaje por el sudeste asiático del verano de 1991.


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