LAS MISIONES JESUÍTICAS GUARANÍES DEL PARAGUAY

Dejamos
Asunción, la capital del
Paraguay y nos dirigimos a
Encarnación, al sur de la región oriental del país. Vamos de la orilla del río
Paraguay a la orilla del caudaloso y turbulento
Paraná; estos dos grandes ríos marcan la geografía y la historia del territorio paraguayo. Allí en los departamentos de
Misiones y de
Itapúa se localizan las
misiones jesuíticas guaraníes que queremos conocer. Hemos contactado con Carlos, un joven hipertatuado a la moda, que nos llevará en su coche hasta
Encarnación, y de camino pararemos en las dos primeras misiones. Nuestro conductor y guía tiene ascendencia italiana y brasileira, aquí todos son hijos de las migraciones; en definitiva todos somos migrantes.
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Mapa de las Misiones de la Compañía de Jesús de 1647. Imagen tomada de la web del Portal Guaraní. |
La tierra sin mal
Yvy Maraey, la tierra sin mal, es un elemento fundamental de la cosmovisión guaraní, un paraíso de tierra fértil y abundancia, un lugar utópico que simboliza su ideal de vida comunitaria y armonía con la naturaleza. No se trata de un anhelo de vida en el más allá, sino un paraíso del más acá. Las grandes migraciones guaraníes estaban orientadas a la búsqueda de ese territorio mítico.
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| Celebración guaraní. Ilustración del artista suizo Adolf Methfessel. |
Las Misiones o Reducciones
Jesuíticas Guaraníes
La Provincia del Paraguay fue creada en 1607 por el superior de la Compañía de Jesús, con el objetivo de evangelizar a los pueblos guaraníes. De las treinta reducciones que se fundaron en el Alto Paraná, ocho están situadas en el actual Paraguay. Al principio hubo resistencia por parte de los pobladores guaraníes, pero con el tiempo llegaron a rescatar a más de 100.000 indígenas de la explotación esclavista de la Encomienda. Este proyecto utópico duró hasta 1767, cuando Carlos III decretó la expulsión de los jesuitas; estas comunidades únicas en tiempos de la Colonia suponían una amenaza para los encomenderos que querían mano de obra esclava.
SAN IGNACIO GUAZÚ
La ciudad de San Ignacio Guazú, en el Departamento de Misiones, es conocida como "Capital del Barroco Hispano-Guaraní"; allí se encuentra la Reducción Jesuítica de San Ignacio Guazú que se convirtió en el centro de todas las misiones jesuíticas del Paraguay.
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Cartel con un plano de la reducción de San Ignacio Guazú. En torno a la Plaza Mayor se encuentra la iglesia, la escuela, las casas de guaraníes, etc.
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La misión de San Ignacio Guazú tuvo que cambiar de emplazamiento en varias ocasiones hasta llegar a su lugar definitivo, debido a la presión de los bandeirantes (expedicionarios de la época colonial brasileña que se internaban en la selva, a través de los ríos, en busca de plata, oro e indígenas para esclavizar).
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| El antiguo colegio de la reducción de san Ignacio Guazú alberga hoy el Museo Diocesano. |
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| Reloj de sol en en la reducción de San Ignacio Guazú. |
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Tallas en madera policromada en el Museo Diocesano de San Ignacio Guazú. Las esculturas fueron realizadas por los guaraníes bajo la dirección de los misioneros jesuitas en el siglo XVII.
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| La iglesia de San Ignacio Guazú, de estilo neorrománico con elementos del barroco hispano guaraní, se levantó a principios del siglo XX sobre las ruinas del antiguo templo jesuítico. |
Manga ñembosarái, el fútbol guaraní
Antes de que los ingleses inventaran el fútbol como hoy lo conocemos, los guaraníes ya jugaban a un curioso juego de pelota: el manga ñembosarái. Se jugaba con un balón hecho de mangaisy, una resina similar al caucho extraída de un árbol, el kurupika'y (Sapium haematospermum). Se jugaba con los pies, la pelota había que recibirla y pasarla en el aire sin dejarla caer. En 2017 San Ignacio Guazú fue declarada "La Cuna del Balompié Mundial".
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| Dibujo del manga ñembosarái, el juego de pelota guaraní, en una reducción jesuítica. |
La República de los Indios
Las misiones o reducciones jesuíticas guaraníes, también conocidas como la República de los Indios, desarrollaron una organización comunitaria primitiva con talleres y escuelas donde se enseñaba en español, guaraní y latín. Había músicos y artesanos, agricultores, tejedores, actores, pintores, constructores. Esta utopía humanitaria combinaba la evangelización de los jesuitas con la cultura tradicional de los guaraníes. La yerba mate, el algodón y las pieles mantenían la economía de las misiones.
SAN COSME Y SAN DAMIÁN
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| Pórtico principal de la Misión de San Cosme y San Damián. |
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| Detalle del pórtico de la Misión de San Cosme y San Damián. |
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| Tallas policromadas de San Cosme y San Damián en la iglesia restaurada de la misión. |
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| Columnas de piedra y piso de baldosas cerámicas en la Misión de San Cosme y San Damián. |
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Columnas de piedra y piso de baldosas cerámicas en la Misión de San Cosme y San Damián.
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| Reloj de sol en San Cosme y San Damián. Ayudado por los guaraníes, el padre Buenaventura Suárez construyó telescopios, cuadrantes astronómicos y un reloj de sol. |
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| El padre Buenaventura Suárez, pionero de la astronomía en Sudamérica, realizó calendarios, mapas celestes, tablas astronómicas y su célebre Lunario de un siglo, determinando con exactitud la fecha de los eclipses. |
JESÚS DE TAVARANGÜE
La Misión Jesuítica Guaraní de Jesús de Tavarangüe, a orillas del río Monday, está muy cerca de la ciudad de Encarnación, en el Departamento de Itapúa. Destaca por la iglesia, una de las más grandes de la época, que no pudo terminarse por la expulsión de los jesuitas en 1767. El diseño arquitectónico del templo es una réplica de la iglesia de Loyola de Madrid. Tavarangüe en guaraní significa "el pueblo que debía de ser y no fue".
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| Iglesia inacabada de la Misión de Jesús de Tavarangüe. |
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| Puerta de la iglesia con arco trilobulado de inspiración oriental. |
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| Interior de la iglesia dividida en tres naves por columnas. |
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| Los capiteles de la iglesia incorporan detalles vegetales y florales que reflejan la flora guaraní. |
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| Columnas y suelo de baldosas cerámicas en la misión. |
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Mbocayá o nuez del Paraguay (Agrocomia aculeata). El aceite de la semilla y la pulpa se utilizan en alimentación y en la fabricación de jabones. |
SANTÍSIMA TRINIDAD DEL PARANÁ
Terminamos nuestra visita a las misiones o reducciones paraguayas con la de la Santísima Trinidad del Paraná. Cuenta con una imponente Plaza Mayor en torno a la cual se disponen la iglesia (donde destaca el friso de los ángeles músicos, un relieve que representa treinta ángeles tocando instrumentos musicales)), el colegio, los talleres, las casas indígenas, huerto, etc. En la plaza se realizaban desfiles, procesiones, representaciones teatrales y musicales (Trinidad se convirtió en un lugar de referencia para el canto coral).
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Friso de los Ángeles Músicos en la Santísima Trinidad del Paraná. |
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Detalle del pórtico de la iglesia en la misión de la Santísima Trinidad del Paraná.
Los misioneros jesuitas estimularon el cultivo de la música y el canto para atraer a la población guaraní.. En el siglo XVII cada pueblo tenía coro y banda de música. Arpas, violines petekes (tambores) y mimby (flauta guaraní) eran los instrumentos habituales. La música era un componente fundamental en las celebraciones que se llevaban a cabo en la iglesia o en la plaza mayor de las reducciones. |
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| Iglesia de la Misión de la Santísima Trinidad del Paraná |
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Púlpito de la iglesia. Misión de la Santísima Trinidad del Paraná. |
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Púlpito de la iglesia. Misión de la Santísima Trinidad del Paraná. |
En el pastizal que rodea los edificios de la misión hay ruidosos teros (Vanellus chilensis) que no dudan en atacarnos cuando nos acercamos. En un muro hay un par de zopilotes, buitres negros de cabeza grisácea (Coragyps atratus). Una pareja de búhos llaneros (Athene cunicularia) se mueven de un sitio a otro posándose en termiteros o tocones de árboles. Un carpintero muy llamativo el ypecú la novia (Melanerpes candidus) pasa veloz a nuestro lado. Un vigilante muy amable nos ayuda a identificar las aves, que siempre son un reclamo para el pajarero.
CIUDAD DEL ESTE
Sigue nuestra ruta por el país. De Encarnación a Ciudad del Este vamos en autobús. Os lo puedo dejar a 80.000 guaraníes -nos dice una mujer en la taquilla de la estación-, unos 10 euros al cambio, se ve que el precio del boleto es variable y sujeto a regateo.
Por la estación pululan todo tipo de vendedores: cacharrería, electrónica, chucherías, triple bingo, un señor con bici que vende chipas... El autobús de lujo que nos habían ofrecido resultó ser viejo y cutre, con goteras en el pasillo cuando se pone a llover. En las paradas entran vendedoras: -Asado, asadito (algo parecido a un pincho moruno), -Algodón dulce (azul o rosa). Un cartel publicitario anuncia los Pollos Pechugón: "Ponele pecho, elegí pechuga". Pasamos por Santa Rita, cerca ya de nuestro destino, hay muchos concesionarios de coches de alta gama y maquinaria agrícola de última generación. Silos enormes y campos cuadriculados de soja, el "oro verde", cartelones publicitan todo tipo de agroquímicos. Los brasileños entran a saco con la soja en Paraguay, a costa de la deforestación del Bosque Atlántico del Alto Paraná.
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| Billete de 100.000 guaraníes (unos 12,68 euros al cambio). En 1943 el guaraní reemplaza al peso paraguayo. |
Ciudad el Este es una ciudad fronteriza y con mala fama, pero, como suele ocurrir, cuando te vas familiarizando con ella resulta interesante y un buen centro para visitar las cataratas del
Monday y las de
Iguazú.
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| Moto-taxis en la zona comercial de Ciudad del Este. |
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| Monalisa, uno de los centros comerciales más famosos de Ciudad del Este, allí acuden argentinos y brasileños, cruzando la triple frontera, para hacer compras en la Zona Franca Internacional libre de impuestos. |
La piedra que canta
A 15 kilómetros de Ciudad del Este, sobre el río Paraná, se levanta la gigantesca presa de Itaipú. Es una central hidroeléctrica binacional, en la frontera entre Paraguay y Brasil. El nombre guaraní yjoko itaipu significa "piedra que canta" y se refiere a la isla del Paraná donde se construyó la presa. Fue la central más grande del mundo hasta que en 2011 se construyó la presa de las Tres Gargantas en China.
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| La presa de Itaipú (en guaraní yjoko itaipu, "piedra que canta") |
Circuito Vivencial del Mundo Guaraní
A menos de una hora de C. del Este está el lago Yguazú, que forma parte de una reserva natural enclavada en uno de los pocos territorios donde se conserva el Bosque Atlántico del Alto Paraná. Allí recorremos un sendero interpretativo para conocer la biodiversidad del bosque y terminar en un museo: el Circuito Vivencial del Mundo Guaraní (permite conocer el universo guaraní, sus saberes ancestrales, su relación sagrada con la tierra y sus distintos tipos de artesanía).
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| Mbuambé (Thaumatophyllum bipinnatifidum), es una planta tropical perenne de la familia Araceae. Los indígenas del Chaco usan la piel de su raíz en cestería. |
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| Palmera Pindó o mbokajá aka (Syagrus romanzoffiana). Con el fruto se hace una jalea similar a la miel de palma. |
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| Cestería con distintas fibras vegetales en el museo. |
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| Detalle de la cestería guaraní. |
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| Figuras de madera con pirograbado en el museo. |
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Mujer guaraní con su puesto de artesanía junto al Panteón de los Héroes en Asunción. |
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| Figuras de madera con pirograbado en el museo. |
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| Tupã, dios supremo de los guaraníes, creador de la luz y el universo. El sincretismo asimiló esta deidad con el dios cristiano de los jesuitas. |
SALTOS DEL MONDAY
A tan solo diez kilómetros de Ciudad del Este se encuentran los Saltos del Monday (en guaraní Monday Ytororõ), unas espectaculares cataratas no muy conocidas y cuya visita es mucho más tranquila y relajada que la de sus vecinas de Iguazú. Se encuentran en la margen derecha del río Monday, muy cerca del encuentro de este río con el Paraná.
Las cataratas del Monday tienen un valor histórico, pues fue una de las estaciones del Tapé Avirú, el camino prehispánico que utilizaban los guaraníes.
CATARATAS DEL IGUAZÚ
Con solo cruzar la frontera en Ciudad del Este se puede pasar a Brasil o Argentina para contemplar una de las maravillas naturales más famosas de Sudamérica: las Cataratas del Iguazú (en guaraní Yguazú, que significa "agua grande"; en portugués, Cataratas do Iguaçu). En nuestro viaje hemos visitado el lado brasileño de las cataratas desde Foz do Iguaçu.
Están formadas por 275 saltos de agua, sobre capas de basalto de origen volcánico, cuya erosión diferencial ha dado forma al terreno escalonado por el que se precipita un colosal caudal. Una serie de pasarelas nos conducen hasta la Garganta del Diablo, donde el sonido ensordecedor de las cataratas y el agua pulverizada que forma arco iris lo convierten en una experiencia incomparable.
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| La consabida ducha en Iguazú. |
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| La Misión, película de 1986, dirigida por Roland Joffé y protagonizada por Robert de Niro y Jeremy Irons, refleja los conflictos en torno a las misiones jesuíticas. El personaje del padre Gabriel (Jeremy Irons), está inspirado en el jesuita y compositor de música barroca italiano Domenico Zipoli. |
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